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Soy Claudia Longo, familiar de persona con diabetes tipo uno, y Técnica en Consultoría Psicológica. Junto a un un grupo de profesionales de la salud, de la educación y personas con diabetes y familiares, formamos Diabetes Bariloche.

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lunes, 5 de octubre de 2015

Argentina y mi dilema de tener ley de diabetes y no tener agua potable
Claudia Longo

La evolución del acceso al tratamiento de enfermedades no transmisibles en la Argentina, tiene una etapa clave a comienzos de los años 2000, y con respecto a la diabetes el país cuenta con una ley abarcadora desde 1989 y ampliada en la cobertura y programas de prevención desde 2013 a través de una modificatoria.
Como se puede ver en las siguientes menciones hechas por prestigiosos epidemiólogos, la Argentina se encuentra bien posicionada en cuanto a derechos y programas de prevención:


“Con la incorporación de Argentina al proceso de transición epidemiológica, a partir de los años 2000 se observa una tendencia creciente a la generación de iniciativas sanitarias enfocadas en la prevención de las enfermedades no transmisibles. La sanción de la Ley Nacional de Diabetes en 1989 puede considerarse un antecedente. Los hábitos saludables, la alimentación sana, la actividad física y la cesación tabáquica ganan terreno dentro de las políticas nacionales de salud. La creación de programas nacionales orientados a promover esta transformación cultural coincide con la estrategia de cooperación técnica entre Argentina y la OPS/OMS, firmada en 2008. (Cooperación Técnica. Resolución N° 1062/2008. Ministerio de Salud de la Nación / Organización Panamericana de la Salud.) A través de ella se intenta reducir la morbilidad y mortalidad causadas por las enfermedades no transmisibles…”

“Entre las prioridades de la cooperación se encuentra la generación de políticas y programas para prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles y los riesgos asociados, con énfasis en hipertensión arterial, diabetes, cáncer de cuello uterino, tabaquismo, trastornos mentales, violencia y abuso de drogas. La renovación de la agenda estratégica para 2012-2016 incluye, entre sus esferas principales, el apoyo al fortalecimiento de la vigilancia, el monitoreo, la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles y sus factores de riesgo.”[1]

“La preocupación normativo-institucional por la prevención y el control sanitario de la DM, iniciada en Argentina hacia fines de la década de 1980, cobra un renovado impulso en el contexto epidemiológico reconocido en los años 2000 y se ve fortalecida por las actuales estrategias de promoción de la salud, que la incluyen entre sus ejes.”[2]

Para ver el historial de la Normativa Nacional y Provinciales vigentes en prevención y control de DM según tipo de norma, visitar el link: http://www.saludinvestiga.org.ar/rasp/articulos/volumen17/39-44.pdf.

Ley modificatoria de la ley del año 1989: La Ley Nacional 26914

A fines de noviembre de 2013 se sancionó una nueva Ley de Diabetes, la Ley Nacional 26914, modificatoria de la 23.573, y reglamentada un año después. La nueva norma actualiza los términos del artículo 1° de su antecesora e incorpora tres nuevos artículos orientados a la ampliación al 100% y la renovación permanente de la cobertura de medicamentos y reactivos de diagnóstico para autocontrol, considerando los avances farmacológicos y tecnológicos. La nueva normativa también prevé la implementación de campañas de detección y educación que promuevan una mayor integración social de los pacientes con diabetes.

A partir de la reglamentación, se garantiza la provisión de insulinas de distintos tipos según prescripción médica, bomba de infusión continua de insulina, antidiabéticos orales, el aparato y tiras reactivas para el autocontrol.

Estas modificaciones a la cobertura pasan a formar parte del Sistema de Prestaciones Médicas Obligatorias (PMO), lo que obliga a los prestadores a cumplirlas indefectiblemente.

Más de 2,5 millones de argentinos tienen diabetes, según el ministerio de Salud, y ya es la décima causa de muerte en nuestro país. La modernización de la ley apunta a un abordaje más integral de la enfermedad. Más allá de la cuestión médica sanitaria, lo que se plantea es una cobertura social, laboral y educativa de los pacientes con diabetes.

Como hemos visto en esta introducción, la Argentina tiene desde la década del 80, leyes y programas nacionales y regionales que protegen a la persona con diabetes en cuanto a la provisión de insumos y medicamentos como programas varios de  “promoción de la educación y apoyo al paciente con diabetes y su familia.
“Sin embargo, la calidad de atención a las personas con DM no parece haber mejorado sustancialmente y diversas investigaciones avalan esta información” (Gagliardino et al., 2013)

Los resultados de investigaciones epidemiológicas realizadas en el país en la década del 2000 muestran que al igual que en otras partes del mundo la disociación entre lo que se recomienda, lo que exige la ley, los nuevos programas, y la atención brindada en el mundo real, es grande y notoria.

En la Argentina, al igual que en muchas partes del mundo hay una brecha importante entre los conocimientos científicos sobre la diabetes mellitus (DM), los programas diseñados en prevención  y su aplicación en la práctica clínica.

“El control inadecuado de la DM y los factores de riesgo cardiovascular asociados genera una elevada morbimortalidad y el consecuente aumento de su carga socioeconómica. El diagnóstico tardío, la "inercia prescriptiva", especialmente de insulina, y la educación deficiente de integrantes del equipo de salud y personas con diabetes, son algunos de los factores responsables de dicha situación. La implementación de un programa de educación diabetológica que incluya la organización de gabinetes de insulinización, a nivel nacional, dirigido tanto a prestadores como a personas con DM y sus familiares, contribuiría a optimizar la prescripción oportuna de insulina y mejorar la calidad de vida de las personas con DM, a la vez que reduciría la carga socioeconómica de la enfermedad. Para optimizar los resultados de esta estrategia educativa, es necesaria la participación de todos los subsectores de la salud (público, de la seguridad social y privado), de los medios masivos de comunicación, de las escuelas de ciencias de la salud, y de la industria farmacéutica.” (Dr. Juan José Gagliardino, Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (CENEXA, UNLP-CCT La Plata), Centro Colaborador OPS/OMS para Diabetes, Facultad de Ciencias Médicas, UNLP, La Plata, Buenos Aires, Argentina)

Sistema de Atención en la Argentina

En nuestro país el sistema de salud es mixto y se compone de tres subsectores: público (38% de la población), de la seguridad social (46%) y privado o prepago (16%). La Seguridad Social está integrada por las obras sociales, que incluyen instituciones de naturaleza variada, tales como las provinciales, las sindicales, las de administración mixta (conducidas por un organismo integrado por empresas del Estado, beneficiarios y empleadores), y el Programa Médico Asistencial Integrado o PAMI, destinado a jubilados y pensionados.
Cabe aclarar que la nueva ley de diabetes (del 2013 y sancionada en el 2014) obliga a cubrir los insumos al 100 % a todos los sectores.

Costos de la atención diabetológica en la Argentina

Evidencias obtenidas en la Argentina demuestran claramente que al igual que en el nivel internacional, los costos de atención de las personas con diabetes aumentan en función del desarrollo y la progresión de sus complicaciones crónicas.  También confirman estas evidencias que la prevención permite optimizar el uso de recursos humanos y económicos, hecho que cobra mayor relevancia en países en desarrollo como el nuestro, donde la demanda de atención es mayor que los presupuestos disponibles. Resultados obtenidos a nivel nacional e internacional demuestran que la educación de integrantes del equipo de salud y de las personas con diabetes es la herramienta idónea para cambiar la situación planteada, nos explica en su excelente y claro artículo “Insulina y control de la diabetes en la Argentina”, el Dr. Juan J. Gagliardino.

La puesta en marcha de estos programas (educativos)  no requiere una gran inversión económica pero sí la capacitación de personal para su implementación eficiente. También requiere una evaluación continua de los resultados, para introducir ajustes que aseguren su eficacia y costo-efectividad para la prevención de complicaciones crónicas de la DM. Lamentablemente, programas educativos de este tipo, probadamente eficaces y eficientes, suelen discontinuarse por motivos no académicos (Gagliardino et al., 2013)

La comunidad, las autoridades y los decisores en Salud, la participación de la industria farmacéutica, las escuelas de salud pública, las asociaciones de personas con DM. Cada uno en su lugar de funciones deberían trabajar con un mismo objetivo: la mejor calidad de vida de las personas con diabetes. El trabajo mancomunado y a largo plazo sin oportunismos políticos harán que las políticas públicas basadas en los derechos del ciudadano sean efectivas y duraderas.

Finalmente, y ya a modo personal, puedo decir que la Argentina se encuentra en un lugar privilegiado en el acceso a insumos y tratamiento que por ley tenemos desde el año 1989 y ampliada el año pasado. Pero ante la evidencia (y no creo que necesitemos ver los números de incidencia y prevalencia ahora sobre la diabetes tipo dos) me animo a concluir que el acceso a los insumos es de vital importancia pero no lo es todo cuando otros factores están ausentes.

La evidencia (epidemiológica) disponible muestra que los esfuerzos realizados hasta el momento no han sido suficientes para disminuir efectivamente la carga socioeconómica de la diabetes. Este hecho es particularmente preocupante en la región de América Latina y el Caribe, donde la enfermedad es responsable de una alta morbimortalidad y un elevado costo de atención, con recursos económicos limitados. (Gagliardino et al, 2013)

La educación y el entorno de la persona (léase familia, médicos, agentes de salud, educadores, sociedad toda) juegan un papel protagonista a la hora de utilizar los escasos recursos disponibles. Cómo puede un ciudadano exigir sus derechos cuando no los conoce, ¿podemos hablarle de bombas de insulina disponibles en la salud pública?,  cuando el que tiene bomba y es ingresado  a un hospital se la quitan porque no hay un solo profesional de salud que sepa de qué se trata. Y ni hablar de cómo contar hidratos… No podemos decirle que tiene insulina sin cargo en la farmacia del hospital cuando le dicen que hay “faltante” o la prescripción de insulina es tardía porque el médico no se anima a insulinizar por desconocimiento en la materia y la terapia con insulina llega tarde, y la persona ya presenta complicaciones.

Aquí y ahora  mi dilema, y ustedes perdonarán mi sinceridad en cuanto a lo que siento …o pienso.

Acceso a insumos y tratamiento para todos, sí, así debe ser en un país justo y de derecho.
Sólo que nuestros países en desarrollo todavía tienen una deuda enorme con sus pueblos.
Les debe educación y acceso a los servicios básicos para una vida digna, agua potable, luz, gas natural, vivienda y alimento, acceso a escuelas y centros de salud con gente idónea. Turnos accesibles y no colas interminables de madrugada para volver al mediodía sin cita médica porque “se acabaron” o el doctor está de congreso y no hay nadie que lo reemplace.  La lista es más larga pero no quiero aburrir al que se tomó el trabajo de llegar hasta acá en su lectura.

Con respecto a los profesionales de la salud, les deben la capacitación, tanto en el manejo en la atención primaria de la DM, como en el trato con las personas que se acercan a su consultorio. Es fundamental que médicos y pacientes reciban educación en cuanto a la administración de insulina en función del logro terapéutico y no según el estadío de la enfermedad. Formar equipos interdisciplinarios e implementarlos. Formar educadores en DM (capacitar enfermeros, voluntarios, familiares y pares con DM para canalizar parte de la consulta y así optimizar el tiempo con el médico. La participación de la industria farmacéutica, además de sus investigaciones en el campo de la salud, facilite la implementación de programas educativos y de prevención en espacios públicos que permitan continuidad en el tiempo utilizando otras fuentes de financiamiento. 

Fuente foto
http://losojosdehipatia.com.es/
Y podríamos seguir la lista de deudas con el pueblo, pero no es la idea. La idea era hablar de “Acceso” al tratamiento de la DM en nuestros países y yo termino hablando de acceso al agua potable… Es que todo tiene que ver con todo, ¿no?


Sino, las leyes de “inclusión” seguirán siendo solo para un grupo, para el mismo grupo que antes podía pagar sus insumos. Y la ley de acceso a los insumos solo una propaganda del gobierno de turno.

Los invito a leer al colectivo #DiabetesLA sobre el tema de Acceso al cuidado de las diabetes en los países latinoamericanos en el link https://diabetesla.wordpress.com/2015/10/06/diabetesla-habla-del-acceso-al-cuidado-de-diabetes-en-los-paises-latinoamericanos/  

Claudia Longo
Co-Coordinadora de Diabetes Bariloche
Parte del Colectivo #DiabetesLA






[1] La estrategia de la cooperación de la OPS/OMS con Argentina 2012-2016. OPS/OMS; 2012.

2 comentarios:

  1. Coincido totalmente con lo expresado en el documento precedente. Contamos con leyes que "garantizan" coberturas, con entidades responsables de la financiación de la cobertura de los medicamentos,dispositivos e insumos necesarios para un efectivo control y manejo de la Diabetes; pero cuando vamos al territorio:
    Lo que debiera fluir por mecanismos y procedimientos y procesos aceitados y controlados desaparece: Las personas con diabetes desconocen cuestiones mínimas respecto de la enfermedad: normas de autocuidado, aplicación de insulina, dieta y conteo de carbohidratos, actividad física; en fin todo lo mínimo necesario para poder acceder a un adecuado tratamiento y buena calidad de vida.
    Lamentablemente, esta falta de conocimiento también alcanza a muchos profesionales médicos que están lejos de conocer tanto los productos estandar y menos nuevas insulinas, bombas de infusión y dispositivos para monitoreo continuo.
    Si salimos de ámbito privado y de la seguridad social,el panorama es mucho peor, pacientes tratados (cuando hay) con insulinas en frasco y aplicadas con jeringas.
    En definitiva todo lo "idílico" que para un lector de leyes y normativas, parece ser el sistema argentino, se rompe en pedazos. Debemos encontrar la manera, buscar sponsors entre los proveedores del sistema? para preparar y difundir via TV y por la web, información básica y sumamente útil para las personas con diabetes y sus familiares. Por último un capítulo especial debe informar los derechos de las personas con diabetes y cómo lograr su cobertura.
    HABRA QUE MOVILIZAR A LAS PERSONAS CON DIABETES PARA PELEAR POR SUS DERECHOS A UNA DIGNA CALIDAD DE VIDA

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    1. Gracias por tu aporte a esta nota . Sigamos elevando nuestra voz. Saludos. Claudia

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